Las Ballenas son los mamíferos acuáticos más grandes que existen. Básicamente son cetáceos que tienen muchas formas, colores y tamaños, se caracterizan por hacer grandes migraciones, han sido cazadas hasta casi el punto de extinción por sus múltiples usos comerciales y hoy existen organizaciones preocupadas por su conservación. Si quieres saber más sobre ellas, te invitamos a que leas este artículo.
Las Ballenas (Balaenidae)
Los balénidos (Balaenidae) forman una gran familia de cetáceos misticetos que incluye solo a cuatro especies que serán nombradas en siguientes secciones de este artículo, que son incluidas en dos géneros, que son Balaena y Eubalaena.
No obstante, el vocablo ballenas es utilizado en sentido amplio para hacer referencia a todos los grandes cetáceos, incluidos en el parvorden Mysticeti, o cetáceos con barbas, como el rorcual azul (Balaenoptera musculus) y a varias especies del parvorden Odontoceti, que son cetáceos dentados, como es el caso del cachalote (Physeter macrocephalus).
Taxonomía
- Reino: Animalia
- Filo: Chordata
- Subfilo: Vertebrata
- Clase: Mammalia
- Orden: Artiodactyla
- Suborden: Whippomorpha
- Infraorden: Cetacea
- Parvorden: Mysticeti
- Familia: Balaenidae
- Géneros:
- Balaena Linnaeus, 1758
- Eubalaena Gray, 1864
Etimología
El vocablo ballenas, que básicamente proviene del latín ballaena, que se encuentra enraizado con el griego phalaina, es de etimología incierta. Tendría un significado que se desconoce si proviniera de alguna lengua previa mediterránea, o, en el caso de ser de origen indoeuropeo, quizás ilirio, podría hacer referencia a su forma cilíndrica o hinchada, que es particular de esta familia.
Estos animales también eran llamados con el nombre de Cetus, el gran pez, el Leviatán o el monstruo marino. Las barbadas, que en realidad se trata de láminas queratinosas que les permiten filtrar el alimento del agua, también reciben el nombre de ballenas, que son conocidas en inglés como baleens.
Características de las Ballenas
Se trata de mamíferos que poseen un largo cráneo que puede llegar a tener hasta un tercio de la longitud total de su cuerpo, que en edad adulta puede llegar a medir entre los 15 y los 17 metros y tener un peso aproximado de entre 50 y 80 toneladas. Poseen un maxilar estrecho y arqueado, lo que les confiere a estos animales un perfil convexo. Este diseño maxilar es el que permite la presencia de barbas largas, que pueden llegar a tener medidas de entre 5 y 25 metros de longitud.
Por el contrario de los peces, las ballenas poseen una la cola que se encuentra colocada en plano horizontal, cuya función es facilitarles la subida a la superficie, a la que debe subir para poder respirar, aunque son capaces de permanecer sumergidas hasta una hora debajo el agua, además, duermen la mitad de su cerebro para no hundirse. Tienen dos espiráculos u orificios nasales, que se encuentran ubicados encima de la cabeza, por los que logran expulsar agua junto con mucosidades en muchas ocasiones.
La gestación de las ballenas dura unos 12 meses y usualmente paren un único ballenato, que se alimenta de una leche materna que es particularmente cargada de nutrientes. Su expectativa de vida es de unos 30 años. Se caracterizan por efectuar grandes migraciones desde los océanos fríos, en los que se alimentan, hasta los océanos cálidos, en los que se aparea y se reproduce. Son cosmopolitas y también pasan por el Mediterráneo.
Su dieta está compuesta por pequeños crustáceos, principalmente copépodos, aunque algunas especies también comen un gran volumen de kril. Tienen una constitución robusta o voluminosa en comparación con los rorcuales, y carecen de pliegues gulares y de aleta dorsal.
Las ballenas no son peces, porque poseen sangre caliente, respiran aire porque su sistema respiratorio es pulmonar y dan a luz a crías vivas que se alimentan de leche materna. Poseen un sistema auditivo excelente y son dos o tres veces más eficientes que los mamíferos terrestres al utilizar el oxígeno del aire que respiran.
Las ballenas poseen cajas torácicas que son colapsables, con lo que pueden ayudarse cuando se sumergen a grandes profundidades. Además, tienen una capa de grasa muy gruesa que les brinda el aislamiento necesario para protegerlas del frío. Ello fue la causa de que fueran tan codiciadas por la gran cantidad de aceite que podían producir.
Los científicos piensan que las ballenas evolucionaron a partir de mamíferos terrestres que tenían cuatro patas. Ahora, están se encuentran perfectamente adaptadas a una vida submarina. Poseen un cuerpo aerodinámico y prácticamente han perdido casi todo el pelo externo para evadir la fricción y mejorar el desplazamiento en el agua. Gracias a la adaptación evolutiva, sus extremidades se convirtieron en aletas.
Como ya hemos dicho, hay dos tipos principales de ballenas, las dentadas como el cachalote y la orca, y las barbadas como la ballena jorobada y la azul. Las barbadas poseen placas en forma de peines que están conformadas por estructuras compuestas de pelos que son rígidos. Estos constituyen una red para que se filtre la comida del agua del mar. Una porción importante de las grandes ballenas son barbadas y se alimentan esencialmente de minúsculas criaturas llamadas krill, que se parecen a los camarones.
Preservación y Conservación
Con el objetivo de lograr la conservación y la preservación de las ballenas se constituyó en el año 1948 un organismo que fue denominado la Comisión Ballenera Internacional (CBI) como un ente que está encargado de la regulación del funcionamiento de la Convención Internacional para la Regulación de la Caza Ballenera, que fue suscrito el 2 de diciembre de 1946 en Washington D. C. Estados Unidos.
El objetivo de esa convención era garantizar la conservación de las poblaciones balleneras, así como hacer posible un desarrollo apropiado de la industria que usa como materia prima a las ballenas. El tratado fue conformado en principio por 14 países, pero a día de hoy tiene alrededor de 84 miembros, en el que se ha optado más por un enfoque de la conservación de la especie.
Lamentablemente, las diferentes perspectivas que existen entre los países han ocasionado impedimentos para que puedan ser implementadas distintas iniciativas, como el santuario ballenero del Océano Índico y del Pacífico sur.
Los objetivos principales con los que se planteó la creación de esta organización fueron implementar las políticas de conservación y preservación de los pequeños y grandes cetáceos, la regulación de la pesca voluntaria y la reducción de la pesca accidental de los mismos, así como el cuidado de los ecosistemas marinos en los que estos organismos se desenvuelven.
Adicionado a esto, nos encontramos con un problema de fondo en esta organización. Hay países miembros que poseen una amplia industria ballenera, como es el caso de Noruega, Japón e Islandia, que aún siguen con las matanzas a gran escala de ballenas, aunque dicen que sus programas se basan en un tipo de cacería científica.
Se ha comprobado que Japón se ha dado a la tarea de financiar económicamente a otros países miembros, bajo la premisa de poder contar con la posibilidad de hacerlo a cambio de su voto en la organización, prácticas éstas que han hecho imposible llegar a obtener la mayoría de los tres cuartos de los miembros que se necesita para poder implementar cambios significativos en las políticas actuales de conservación, creando una situación de parálisis, en la que prácticamente no se puede hacer nada.
Explotación Comercial
La caza de la ballena empezó en el siglo XI, en el golfo de Vizcaya, por pescadores vascos, y hasta el siglo XIX se limitó a la ballena franca o right whale en inglés, que recibe ese nombre debido a la facilidad con que se le podía capturar, debido a que sus movimientos son lentos y porque posee mucha grasa, razón por la cual flotaba luego de que se le daba muerte y esto facilitaba su arrastre.
Las mejoras tecnológicas que han podido implementarse en las embarcaciones y el invento, en el año 1877, del arpón explosivo, dio origen a una caza excesiva que llevó a muchas especies de cetáceos al borde de la extinción. En el año de 1949 se creó la Comisión Ballenera Internacional, como un intento de poder limitar la captura, y desde el año 1985 se estableció la suspensión de la caza comercial.
No obstante, Japón y Noruega se oponen al acuerdo, y siguen con la actividad de la cacería con las especies que consideran que no se encuentran en peligro de extinción. Para tratar de mitigar el peligro en que se encuentran las ballenas, se han creado productos sintéticos que han sustituido algunos productos que se obtenían de las ballenas, como es el caso del aceite.
Gracias a la nueva sensibilidad con el medio ambiente, ha logrado desarrollarse una especia de turismo, llamado de avistamiento de cetáceos, particularmente en lugares de concentración de estos animales como la Patagonia argentina.
La Ballena en la Cultura
Las ballenas aparecen siempre como una especie de monstruo marino que ataca a los hombres en los cuentos y relatos de diferentes culturas. Una historia que es conocida a nivel planetario es la que se cuenta sobre la agresiva ballena de Moby-Dick, que también es conocida como Mocha Dick, y que se convierte en una obsesión para el protagonista en la novela. No obstante, también la hemos observado como una preocupación para el hombre.
En la actualidad, podemos encontrar que hay múltiples organizaciones que tienen como objetivo conservar y proteger a esta especie animal. Como dato curioso, en el año 2016 Argentina emitió un billete con la denominación de 200 pesos, que tiene la imagen de la ballena franca austral.
Amenazas
Una de las grandes amenazas de las ballenas, es la contaminación de los océanos por el vertido de desechos tóxicos de origen industrial, agrícola o doméstico, lo que pone en peligro la conservación de todos los animales marinos.
Hay contaminantes que persisten en el agua, como los pesticidas organoclorados y PCB policlorobifenilos, que lamentablemente son ingeridos por causa de su cadena alimenticia, con la agravante de que son bioacumulables y biomagnificables, porque logran acumularse en los tejidos grasos de los cetáceos, lo que afecta su sistema inmunológico, endócrino y reproductivo.
El daño que se produce en su sistema inmunológico, coloca a las ballenas en peligro de sufrir cualquier enfermedad, así como que se hacen susceptibles a las biotoxinas o al ataque de virus o bacterias que en otras circunstancias no serían perjudiciales para ellas.
Otro aspecto a tomar en cuenta es que la contaminación de los mares genera las condiciones ideales para que surjan los brotes de marea roja, cuyas biotoxinas ya han ocasionado la muerte masiva de organismos marinos, incluyendo las ballenas.
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