Asian Andy, o cómo ganar 2.000 euros en una noche mientras duermes con Twitch

Hace catorce años, la National Portrait Gallery de Londres albergó entre sus muestras un vídeo de 67 minutos del futbolista David Beckham durmiendo. Sam Taylor-Johnson, fotógrafa y directora de cine (pero sobre todo artista visual) homenajeaba, no sin polémica, a Andy Warhol y su película Sleeping, de 1963 (cinco horas y media de plano estático mostrando a un desconocido durmiendo). Medio siglo después de Warhol, un muchacho de California enciende el streaming Twitch de su webcam, baja las persianas y anuncia que se va a la cama. Asian Andy, que sólo comparte con Warhol el nombre de pila, emite unos ronquidos que parecen anticipar la llegada del fin de los tiempos, su parecido con Beckham se limita al blanco de los ojos, y luce unos calzoncillos de esos que gritan lo lejos que se encuentra de su peso ideal. Pero, al despertar, Andy es 2.000$ más rico que la noche anterior.


Para entender qué ha pasado hay que entender que Internet como fuente de ingresos ya no es coto exclusivo de jugadores de póker, camgirls sensuales y youtubers viciando con el videojuego de moda. Ha llegado el momento de pasar el siguiente nivel, de ampliar los márgenes de la mente y aceptar el nuevo nicho (uno hasta arriba de billetes) que los millenialls y gen zetas se han sacado de la manga. Se llama Twitch. Y están sucediendo cosas extrañas. Muy extrañas. Sin que sirva de ejemplo para la totalidad de la generación millenial y zetas, garantizamos un contenido 100% libre de cultura, esfuerzo y mérito.

Por un puñado (grande) de dólares dejo que me humilles

El secreto del canal de Twitch de Asian Andy es, en esencia, dejarse humillar. Cualquiera de sus fans/espectadores puede, a cambio de una donación, reproducir un mensaje en directo en los altavoces de su teléfono u ordenador mientras duerme. El mensajé básico cuesta cincuenta dólares. Si pagas cien, tienes derecho a que suene una canción a un volumen intolerable. En esos casos, Andy está obligado a ponerse en pie y rasgarse la camiseta que lleve puesta.

Después del éxito de su primera prueba experimental, Asian Andy llevó las cosas más lejos llegando a encerrarse durante tres días seguidos en una habitación sin ninguna clase de entretenimiento. Se sacó veintiocho mil (28.000) dólares de ingresos sólo en donaciones. Aunque las sesiones de vigilia forzada son las que de lejos le reportan más beneficios, Asian Andy ha emulado la fórmula del text-to-speech remunerado en cafeterías, bibliotecas y supermercados. Lugares todos donde la mayoría de las veces acaba siendo expulsado por los empleados o incluso por la policía.


Es en estos vídeos, fuera de casa, donde se pone de manifiesto la verdadera naturaleza de Asian Andy. Más que dejarse humillar, lo que caracteriza a Asian Andy es llevar un vida con las fronteras éticas y morales por los suelos. Amparado en que no es él quien idea los mensajes que le envían sus espectadores, un vídeo típico de Andy incluye chascarrillos sobre homosexualidad, zoofilia, pedofilia y terrorismo. Es sencillo hacer clic en cualquier vídeo del canal de Twitch de Asian Andy y verle hacerse pasar por terrorista suicida en un lugar público. Youtube no sólo censura pezones femeninos. Youtube también paga a gente como Asian Andy a cambio de este tipo de contenidos.

Entre sus hits menos hardcore está la ocurrencia de pasearse por Los Ángeles durante una noche entera para recoger vagabundos y ofrecerles refugio en su casa. Aquí, un espectador anónimo llegó a donar 500 dólares a uno de los mendigos, el cual reaccionó rompiendo a llorar tirado en el suelo. Su vídeo más visto tiene por título: «Los espectadores hacen que Alexa filtre mi dirección».

Camionero streaming

Desde Alejandro Magno a Donald Trump, pasando por Justin Bieber y Cristiano Ronaldo, lo único que no cambia es la ecuación: miríadas de seguidores + marketing astuto + elemento diferenciador. En el caso de American Trucker (para los amigos, GiToez) lo que le diferencia del resto de streamers (y camioneros) es su predisposición para dejarse grabar durante una jornada laboral en route.

Como con los canales de gamers, la emisión de su canal está predominantemente ocupada por el acontecimento estelar: las infinitas líneas de la carretera y GiToez se deja ver en un recuadro en la esquina de la pantalla, mientras responde a las preguntas del chat. “Chicos, ahora que hay un periodista en la sala tenemos que tener cuidado con lo que decimos”, bromea.

Tiene 33 años, tres hijos, un pasado militar y pasión por los videojuegos. Y los camiones. Sólos él, su camión y una interestatal a las tantas de la madrugada, GiToez puede recaudar facilmente unos 200 dólares por noche con las donaciones de sus espectadores de la plataforma de streaming Twitch.

Basta con acceder al canal IRL (In Real Life) de Twitch para darse cuenta del boom. Sólo necesitas un teléfono y algo que enseñar o decir. Si tu personalidad es lo bastante cautivadora, tendrás fans. Si tienes fans, tendrás donaciones. Por haber, hay canales hasta de gente que se graba comiendo.

Twitch vs Youtube

Como ya ocurriera en 2006 con la compra de Youtube por parte de Google (y posterior posibilidad de monetización para sus usuarios en en 2012), la adquisición de Amazon de la plataforma Twitch por casi mil millones de dólares en 2014 abrió un reguero de posibilidades para que anunciantes y creadores de contenidos pudiesen ayudarse de manera recíproca. Ha sido en los dos últimos años, gracias sobre todo a la comunidad gamer, cuando Twitch de verdad ha comenzado a generar unas cifras de tráfico importantes. Nadie está en condiciones de disputarle a Youtube el trono de portal de vídeos. Al menos todavía. La diferencia aquí reside en que Youtube es una plataforma eminentemente de vídeo bajo demanda que se financia con publicidad, mientras que Twitch apuesta por explotar la deriva altruista de sus espectadores. En cuanto a seguimiento de eventos en directo, este gráfico con datos de audiencia de 2018 habla por sí solo:

Eventos en directo/streaming: Usuarios de Twitch vs usuario de Youtube

Eventos en directo/streaming: Usuarios de Twitch vs usuario de Youtube Fuente: Pitchbook.

Si en Youtube se prima tener una videoteca plagada de vídeos con millones de visitas, en Twitch lo que cuenta de verdad es el aquí y el ahora de la emisión en directo. Si eres popular y ofreces contenido relevante (no existen suficientes cursivas para poner en tela de juicio dicha relevancia), tus espectadores donan dinero a modo de recompensa y sin esperar nada a cambio. Aunque Twitch también tiene anuncios, basa su financiación en estas donaciones, de las que puede llegar a sacar hasta un 50% de tajada (el porcentaje baja si el usuario, en lugar de ser afiliado, paga una suscripción de cinco dólares al mes). ¿Y qué es contenido relevante? Como en el mundo del cine, música y videojuegos, una vez más, cantidad y calidad no van agarrados de la mano.

A pesar de la existencia de canales exóticos como los de Asian Andy, es en la comunidad gamer donde el negocio del streaming saca más músculo. Youtube, que tuvo que retirar su canal de videojuegos tras un primer intento fallido de 2015, parece que vuelve al ataque. Webs especializadas como The Verge aseguran que Google volverá a intentar posicionarse entre los streamers de gaming aprovechando el lanzamiento de la plataforma de juego online por streaming Google Stadia el próximo martes 19 de noviembre.


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