El arte cristiano, es un tipo de arte religioso dirigido bajo las premisas y los dogmas que enmarcan la doctrina del cristianismo. Se expresa a través de diversas áreas como lo son: la arquitectura, la pintura y la escultura, las cuales a través del tiempo, han venido evolucionando sin perder su esencia de culto.
Arte Cristiano
El Arte Cristiano, es un tipo de arte de corte místico, donde los trabajos y obras realizadas, se utilizan como una manera de rendir tributo y son direccionadas bajo los dogmas y premisas de la corriente del cristianismo. Si quieres conocer otros temas similares de cultura, puedes leer Vikingos en España
Uno de los principales objetivos que persigue el arte cristiano, es el de recrear a través de ilustraciones, algunos pasajes, vivencias o mensajes cristianos dirigidos a los fieles creyentes de dicha corriente religiosa. A través del arte cristiano, se pueden representar un mensaje religioso, que es expresado por medio de la pintura, la arquitectura, la escultura, entre otros medios.
Desde el siglo IV, la corriente del cristianismo se convirtió en la religión imperiosa de la civilización occidental. Su mayor auge se dio durante la edad media y edad moderna, teniendo un importante realce en Europa que luego se fue extendiendo geográficamente.
En parte, esto hizo que las principales corrientes artísticas que comenzaron a surgir durante la Edad Contemporánea, tuvieran fuertemente marcadas e influenciadas por el arte cristiano, cuya esencia está vinculada a cumplir con el culto religioso.
La arquitectura de edificaciones, pinturas y cuadros, esculturas u otros objetos santos, se santifican dejando de ser solamente obras de arte. Los monasterios, templos y santuarios, eran considerados como unas verdaderas reliquias, específicamente durante los tiempos antiguos del cristianismo hasta la Edad Media, donde se le rendía honores a mártires y santos.
Las imágenes inspiradas en la vida de Jesucristo llegaron a tener fama de milagrosas, motivando a los fieles creyentes y devotos de esta religión, a realizar peregrinaciones. Sin embargo, este tipo de arte fue motivo de discrepancias dentro de los mismos promotores religiosos, causando incluso una división interna entre quienes apoyaban las devociones que estas obras inspiraban como aquellos que estaban en contra de las idolatrías y supersticiones que se derivan de estas prácticas.
Los grupos cristianos, han llegado a usar alguna vez en la vida, el arte de alguna manera para expresar sus cultos y devociones, teniendo una opinión muy particular con lo respecta al significado que cada quien le da, creándose diferencia de criterios entre protestantes y católicos religiosos.
La música y la arquitectura religiosa, son tipos de arte cristiano más genéricos, a través de los cuales se expresa cualquier mensaje que se busca difundir en la sociedad. En cuanto a la escultura y dibujos religiosos, considerado como un tipo de arte más representativo, siendo los temas más recurrentes los ciclos de vida de Cristo Jesús, así como diversos pasajes del antiguo testamento.
En las iglesias católicas tradicionales, se puede observar gran abundancia de esculturas y representaciones de arte cristiano, además de una mezcolanza de diversas representaciones, tanto en las pequeñas capillas situadas en los alrededores como en el altar mayor.
Es bastante evidente en la arquitectura de la pila bautismal, grandes vitrales, entre otros. Varios tipos de elementos arquitectónicos sirven de base para las esculturas, estando debidamente diferenciadas de acuerdo a la data del periodo histórico correspondiente.
El ornato de las iglesias ortodoxas, incluye el uso de orfebrería religiosa, mosaicos e indumentaria, haciendo sus espacios más abrumadores. En contraste, los altares evangélicos, hacen gala de una simplicidad que fueron adoptados de las nuevas edificaciones de iglesias católicas, desde los tiempos del Concilio Vaticano II.
Los símbolos que se exhiben a través del arte cristiano, contiene señales muy distintivas, que hacen referencia directa con los elementos del cristianismo, usando algunos medio, eventos, escrituras sagradas o conceptos, a los cuales representa de manera específica.
La Cruz de Cristo y otras imágenes de Jesús, son por lo general el referente literario que se utiliza mayormente en el arte cristiano, aunque mezclado con conceptos comunes de la vida entre los cuales está el amor, la vida eterna, la salvación del hombre y de su alma, etc.
En cuanto a las representaciones pictóricas, el arte cristiano se distingue por destacar los detalles de las imágenes haciéndolas fáciles de identificar. Parte de ello son los rasgos faciales y distintivos de cada persona, es decir, si usa barba, su cabello.
También está su vestimenta, los colores, sus gestos, elementos de su entorno que lo representen como, por ejemplo, la posición de sus manos, sus túnicas, el uso de algún objeto litúrgico, etc; elementos expresivos con los cuales el arte cristiano se ha dado a diferenciar de los demás.
Historia
La historia del arte cristiano va casi de la mano con la historia de la era del cristianismo. Prueba de esto es el hallazgo de iconografías cristianas, cuya data se registra alrededor del año 70 d. C., aportes que forman parte de registros arqueológicos que sustentan la aparición histórica del cristianismo y también describen cómo se fue dando su proceso de evolución.
Los sarcófagos, son catalogados como un tipo de escultura cristiana, con registros de principios del siglo III. Entre los siglos IV y V, se comienza a desarrollar la arquitectura, siendo muestra de ello las fachadas de las iglesias que vinieron a suplir a los primeros templos.
Durante el gobierno de Constantino, el imperio había adoptado ya la doctrina religiosa del cristianismo, y con el crecimiento de fieles seguidores y devotos, se presentó la necesidad de habitar edificios con carácter público y de mayor capacidad, para poder celebrar los cultos.
Surgía entonces la necesidad de construir nuevas iglesias cristianas, pero no adoptando las características de los templos paganos que ya existían, sino los modelos de salas públicas para celebrar reuniones, es decir, las basílicas, para cumplir con lo requerido que era un espacio con una mayor extensión, donde los fieles devotos creyentes de la religión del cristianismo, se pudieran acercar y orar.
En aquellos años, las basílicas cumplían con una función civil, pero debido a la necesidad que surgió, su rol cambió, convirtiéndose en el lugar para la celebración de las asambleas de los cristianos, y la planta basilical, se convirtió oficialmente en la estructura que tomarían las construcciones de las nuevas iglesias.
Paralelo a esto, otras estructuras se fueron sumando a las actividades religiosas, más su estilo de distribución era diferente a las basílicas, teniendo una planta centralizada denominada “baptisterios”, así como otra área donde se situaban los mausoleos o fosas.
Estos espacios se utilizaban para celebrar el bautismo en los tiempos de la clandestinidad y dividido de las costumbres de la iglesia. En la presentación de mosaicos y murales, se podía ver expresado el arte cristiano de la pintura.
Los mosaicos de pavimento eran las decoraciones utilizadas por las iglesias, teniendo como temas principales eventos y pasajes del cristianismo los cuales eran empleados como sus símbolos y emblemas. Alfombras con mosaicos eran colocadas en la región de galería de las basílicas que se convirtieron en iglesias, cuyos temas de ilustración para dicha pintura era el dogma de la fe de Jesucristo.
A fecha de estas ilustraciones datan del siglo VI, aunque luego dejaron de realizarse considerando que las imágenes eran contentivas de un aspecto sagrado que podía ser irrespetado al tener que pisarlas. Otra expresión del arte cristiano fueron “las miniaturas”, emblemas que fueron utilizadas como una herramienta dentro de manuscritos, con la intención de que las personas entendieran mejor los textos, principalmente los analfabetos.
El codex de pergamino comenzó a reemplazar al rollo de papiro entre los siglos II y IV, ya que este podía ser cosido y encuadernado, permitiendo la realización y conservación de las pinturas en miniatura. En la Biblioteca Apostólica Vaticana reposan dos manuscritos de Virgilio que datan del siglo IV y se mantienen bien conservados.
Otros manuscritos religiosos con las mismas condiciones, son de fechas posteriores al siglo VI. Un ejemplar del libro religioso del Génesis, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Viena. Fragmentos de una antigua biblia griega, cuya data es del siglo VI, es lo que queda en el British Museum, luego de dañarse en un incendio ocurrido en la biblioteca de sir Robert Cotton, donde estaba ubicada originalmente, el año 1731.
Otros manuscritos conservados escritos en lengua siríaca se encuentran en Florencia y París, en la Biblioteca Laurenziana y la Biblioteca Nacional respectivamente. En los tiempos del imperio romano, los pobladores portaban ropas adornadas con imágenes religiosas de tendencia evangélica, elaboradas en un material de lana y seda policromadas, considerado como un tipo de tejido lujoso que no solo servía para vestirse, sino también para adornar edificios.
A pesar de que el clero de aquellos tiempos se opuso a este tipo de usos, aún se conservan ropa con tejidos de escenas religiosas en los trajes de los sacerdotes y también en la tapicería de importantes museos alrededor del mundo.
Características
Durante los tiempos del imperio romano, el arte cristiano se dio a conocer como arte paleocristiano, teniendo sus orígenes en la idea de cubrir la necesidad que tenían los seguidores de esta doctrina religiosa, de reunirse en asambleas y poder hacer sus cultos. Otro interesante tema es el de Todo es Mente
Comenzaron a utilizarse las basílicas como nuevos centros para la convergencia de los cristianos y al banquete eucarístico, se le fueron incorporando elementos que poco a poco fueron adaptándose como parte de las celebraciones litúrgicas, empleando para ello un altar portátil que pasó a ser fijo en el siglo VII.
Durante muchos años, se creyó que el arte romano había declinado dándole paso al arte paleocristiano, especialmente dentro del mundo de las artes plásticas. Con el paso del tiempo, este punto fue aclarado, dejando por sentado que el arte cristiano o paleocristiano se originó de la combinación entre las tendencias que predominaban en el siglo IV, tomadas de Alejandría y Antioquia, dos de las grandes ciudades helenísticas, además de la región oriental.
La suma de todo, daba como resultado, el género que se dio a conocer como “realismo clásico”, que fue suavizado por los asiáticos, logrando crear un estilo muy marcado y distintivo en cuanto a claridad y sobriedad de las líneas, al igual que una destacada belleza en las formas.
Pero, todo esto sería solo un preámbulo para el nacimiento de un exuberante movimiento artístico, que se desarrolló en algunos países entre los que podemos nombrar a Egipto, Asia Menor, Siria y la Europa occidental, entre los siglos IV y VI.
Sin embargo, de acuerdo a sus sitios de origen y los momentos por los que atraviesan, la combinación de elementos hace que se obtengan diferentes productos, es decir, el arte paleocristiano de Egipto es muy distinto al de Siria, pero son aceptados en el marco de la diversidad cultural.
Las basílicas Romanas antiguas, fueron reemplazadas al principio muy lentamente, para luego hacerla con un poco más de aceleración, incorporando estructuras con plantas circulares y en forma de Cruz. Otra acción que destaca dentro del nuevo movimiento es que se intentó cubrir los edificios con torrecillas.
Queda entonces una tendencia de arquitectura adintelada para las construcciones en el Occidente, mientras que en el Oriente, se adopta progresivamente la forma de bóveda, especialmente durante la Era del colosalismo.
El característico “horror al vacío” contentivo en el arte oriental, explica el ornamento de las basílicas contrastando con la claridad de los espacios de la tendencia helenística. Una exuberante vegetación, animales, pájaros e insertos, arreglos florales, entre otros, forman parte de esta riqueza decorativa que se pone de manifiesto a través del arte cristiano.
Paleocristiano
El tipo de arte que fue realizado por parte de los primeros fieles y creyentes de Cristo, cuya data es de los siglos II al IV, o V d.C, es conocido con el nombre de paleocristiano o arte cristiano. La corriente del cristianismo, al igual que la del judaísmo, es considerada a nivel mundial, como una de las religiones monoteístas más grandes.
Una religión monoteísta quiere decir, que sus fieles devotos creen en la existencia de un solo Dios. Esta es una de las razones por las cuales, con su aparición, las expresiones artísticas existentes anteriormente, dieron un cambio radical.
El Arte Cristiano, surge por la necesidad de propagar y enseñar de manera sencilla pero muy directa, los contenidos, principios, atributos divinos y otros dogmas de la religión cristiana, incluyendo a las personas iletradas. Entre estos principios y valores está principalmente la grandeza de Dios, pero también su bondad y misericordia.
Arte de la Edad Media
También fue llamado arte medieval, y fue una de las categorías que se le asignó dentro del arte, a una de sus épocas más importantes y que se alargó de manera universal. El tiempo comprendido fue desde el siglo V al siglo XV, sobresaliendo las regiones de África, Europa y el Oriente Medio.
El arte cristiano que se desarrolló durante la Edad Media, contó con calificaciones o una valoración estética, realizada según algunos criterios que cada vez se hacían más cambiantes. Esta fase del arte fue bautizada por algunos críticos como «edades oscuras», mientras que otros le atribuían el calificativo de «edades de renacimientos».
De igual manera, durante los tiempos de la edad media, surgieron diferentes movimientos artísticos, con diferentes expansiones geográficas, es decir, que habían grupos variados poniendo de manifiestos diversos estilos, que iban desde una marcada influencia internacional, hasta las artes nacionales, regionales y locales.
Estos múltiples estilos le aportan una gran diversidad a las obras de arte que hacían parte de varios tipos de géneros. Estas nuevas tendencias sirvieron de plataforma para artistas que por mucho tiempo permanecieron en el anonimato debido a que su técnica de trabajo era muy artesanal, lo que cambió en el siglo XV, donde comenzaron a tener una formación más intelectual llegando a ser considerados como cultivadores de las bellas artes.
Una particular síntesis artística surgió en los tiempos de la antigüedad tardía, derivado de la integración de un estilo de arte clásico que se heredó del imperio romano, mezclado junto a otros elementos. Entre los mismos se cuentan la pujante cultura de los pueblos que llegaron en la época de las invasiones, y que emigraron desde el Norte de Europa y el oriente de dicho continente.
Del mismo modo, se tomaron las tradiciones de los pueblos germánicos, los eslavos, los árabes, entre otros, sumadas a las aportaciones del cristianismo primitivo. Es la interacción entre todos los elementos que se desprenden de esas importantes fuentes culturales, lo que le da una base conceptual a la historia de arte de la edad media o medieval.
Los especialistas lo clasificaron por períodos y movimientos, describiéndose los siguientes: Arte paleocristiano; Prerrománico; Románico; Gótico (Europa Occidental / la cristiandad latina); Bizantino (Imperio bizantino / la cristiandad oriental) y Arte islámico (en el mundo islámico), con influencias recíprocas.
Además, también se identificaron estilos locales que luego fueron de igual manera categorizados y diferenciados. Esta era del arte, logró manifestarse a través de distintos medios y siendo expresado por medio de diversos géneros, disciplinas artísticas y técnicas.
Entre dichas expresiones se encuentran: manuscritos ilustrados, representados en la caligrafía y las imágenes en miniatura; la orfebrería, dibujo, escultura, arquitectura, los mosaicos, entre otros, dentro de los cuales figuran artes y oficios que no se consideran tradicionales como, por ejemplo, la elaboración de trajes medievales.
Arte bizantino
El Arte cristiano, en su mayoría se puede considerar como una derivación de lo que quedó del arte romano, que le adjudica una marcada influencia de tendencia Europea. La producción de un tipo de arte sacro o sagrado, fue auspiciada por parte de la jerarquía religiosa de aquellos tiempos, lo que hoy en día es la institución de la iglesia católica, luego de la caída de Roma y en medio de una lucha de poderes en el marco político.
Dentro del Imperio romano de Oriente, la Iglesia ortodoxa de Constantinopla contaba con una mayor estabilidad, un elemento clave para que sirviera de patrocinio en el mundo de las artes, dejándose notar su influencia con respecto a su utilización para lograr una ponderación del cristianismo.
En el imperio bizantino, el arte cristiano se fue desarrollando aplicando una estética más abstracta, técnica que rápidamente reemplazó el naturalismo que ya se había impuesto al emplear el arte Helénico. El propósito que encerraba este nuevo estilo era bastante enfático, dando a conocer a través de su manifestación, la representación y el significado religioso de cada objeto o personas, de una manera más acertada.
De igual manera, la nueva técnica apostaba por un proceso algo más simple utilizando las formas geométricas, normas ya establecidas y una perspectiva invertida a la hora de recrear algún escenario religioso o de hacer algún retrato de un personaje, dejando de lado las técnicas de luz y color, las proporciones del espacio y el concepto de la perspectiva realista.
La era de la iconoclasia Bizantina, atravesó una fuerte crisis que sirvió para estandarizar las imágenes de uso religioso dentro de los dogmas orientales, al igual que la interpretación que se hizo del segundo mandamiento en esta tendencia artística y la controversia surgida debido al uso de imágenes graves.
Influencia en Europa oriental y África
En África, se cristianizaron a los pueblos eslavos, por Roma desde la región del occidente, y por Constantinopla, por la zona del Sur. Los personajes de Metodio y Cirilo eran quienes les predicaban el evangelio a los esclavos. A raíz de esto, grupos de emigrantes rusos, búlgaros y serbios, comenzaron a depender culturalmente de la naturaleza bizantina, al igual que de su arte y religión.
Por una parte, Moscú reclamaba tomar el lugar de Roma tras la caída de la ciudad de Constantinopla, lo que de alguna manera influyó para que los iconos bizantinos se inmortalizaran dentro de la pintura rusa, siendo un medio para reproducir nuevamente las convenciones e inmortalizarlas. Las técnicas del arte bizantino, tuvo una influencia bastante marcada en el estilo de construcción de la arquitectura rusa.
Después de ocurrida la invasión musulmana, tanto el cristianismo egipcio como el etíope, se mantuvieron desvinculados de la influencia europea, específicamente de Roma y la ciudad de Constantinopla, logrando un desarrollo autónomo. Sin embargo, los modelos bizantinos se hicieron presentes en su estética, haciendo de la arquitectura religiosa etíope algo original.
Arte prerrománico
El arte prerrománico, tiene su origen en la Europa occidental, y hace parte de la manifestaciones del arte cristiano elaborados dentro del primer gran período del arte de la Edad Media, cuyo lapso de tiempo va desde el siglos VI al X, o desde la culminación del siglo V hasta los inicios del siglo XI, otorgándole la denominación de historiografía. El término fue acuñado por parte de Jean Hubert, en el año 1938.
Este tipo de arte cristiano hace referencia a una expresión general que abarca todos los elementos que comprenden la cristiandad latina como tema de una producción artística, producto de una mezcla entre el arte románico y el paleocristiano, sin la designación de algún movimiento estético previamente definido.
La continuidad del Imperio romano en la región de oriente, dio paso al progreso del arte bizantino, caso contrario a lo ocurrido en la región de occidente, donde las invasiones, sumado a la caída del Imperio romano de Occidente, crearon un ambiente de inestabilidad política que llevó a la cultura a entrar en decadencia.
A esta fase de la historia de las artes se le conoció como la “época oscura”, la cual se caracterizó por una escasez de fuentes escritas y la discontinuidad de otras, circunstancias que fueron aprovechadas por los pueblos germánicos, quienes fusionaron su cultura y su arte con la cultura clásica greco – romana existente en aquellos tiempos, la cual había sido acordada por instituciones nuevas para integrar los principios del cristianismo.
Por su parte, el arte islámico, logró su desarrollo, originado por la expansión árabe que se asentó en la ribera Sur, dividiendo el espacio mediterráneo desde España hasta Siria, hecho ocurrido entre los siglos VII y VIII. Existen determinadas y comunes características dentro del arte prerrománico.
Una de las más destaca, es la ausencia relativa de grandes proyectos arquitectónicos, incluyendo la reutilización de edificios ya existentes. Además de esto, se puede apreciar pocas muestras de esculturas con gran tamaño, inclinándose las preferencias hacia las ilustraciones presentes en obras y manuscritos, al igual que en piezas de orfebrería.
Otros elementos característicos son comprendidos por la evolución y el simbolismo del arte figurativo, yendo de lo formal a lo simple, pasando por una determinada esquematización. Con la aplicación de esta técnica se busca conseguir que la expresividad sea aún mayor, mostrando diversos temas decorativos en abundancia, dejando de lado el realismo.
A pesar de contar con todos esos elementos, aún no son suficientes para distinguirlos entre los tipos de artes locales, llegando a ser apreciado enmarcado dentro de un estilo internacional, como sí pasa en el caso del arte románico y gótico.
Los invasores, impusieron un nuevo concepto del conjunto europeo, cuando aportaron sus bagajes culturales de manera individual, al instalarse en la región de forma definitiva. Su adhesión a la Romanidad cristiana se fue presentando de formas diferentes, adecuándose a cada una de las regiones donde se fueron instalando.
Arte románico
Durante los tiempos del surgimiento del arte románico, la iglesia católica, fue la gran protagonista, ya que comenzó a dar pautas en términos de arte, en la época en que estaba emergiendo una sociedad europea occidental más estable en el periodo medieval.
Dicha institución religiosa, se valía de los recursos, el poder y la jerarquía con la que contaba, para encargar las creaciones de esculturas y pinturas. El tipo de arquitectura con la planta en forma de cruz latina, se convirtió en una estructura iconográfica de la forma de las iglesias de peregrinación, que se fueron extendieron rápidamente por toda Europa occidental.
Transición de lo románico a lo gótico y el arte cisterciense
Uno de los precursores del arte cristiano existente durante la Edad Media fue San Bernardo de Claraval, quien contaba con una percepción bastante radical sobre lo que debía ser la función estética para poder expresar las manifestaciones artísticas de la religión del cristianismo.
Su intención, era la de a través de su propuesta, depurar el arte cristiano de lo que, según él, eran decoraciones excesivas, llegando a considerarlas incluso como unas desviaciones de dicha doctrina. Su técnica se inclinaba más hacia la simplicidad de las líneas y una buena utilización de la luz. La representación iconográfica de Cristo, era su mejor muestra de la técnica.
Arte gótico
Dentro del arte cristiano de la Edad Media, llegamos a la clasificación de arte gótico, que se muestra como un estilo artístico desarrollado en la Europa Occidental a mediados del siglo XII, lapso donde avanzaba la época de la Edad Media tardía y cuya implementación se fue extendiendo hasta el Renacimiento.
Comprende un extenso período artístico, que tuvo su origen en el Norte de Francia, para luego expandirse por toda la región de occidente. Su método de trabajo se fija de acuerdo a las regiones y los países donde este movimiento se desarrolló de manera cronológica, obteniendo como resultados, diferenciaciones profundas.
En Francia, se dio una de sus fases de desarrollo con un carácter más puro, siendo diferentes el presentado en Provenza que el de París. En Italia, contó con una distinción más cercana a la tradición clásica y horizontal, a pesar de contar con un ejemplo paradigmático que es la catedral de Milán.
Y finalmente, en países como Inglaterra, Alemania y España, se manifiesta conteniendo elementos locales de dichas regiones. Si estás interesado en leer otro artículo similar sobre cultura, te invitamos a revisar Hermandad Blanca
Transición del Gótico al Renacimiento
El final de la Edad Media o medieval, se transformó en una época especialmente estremecida debido a varios acontecimientos que causaron un gran impacto como lo fueron la peste negra y la crisis del siglo XIV. La división de Occidente afectó el aspecto religioso, colocando en una situación nunca antes vista, de carácter inédito, a todos los cristianos regados a lo largo y ancho de la Europa occidental.
Se trataba de que algunos Papas, se estaban negando a excomulgarse de manera mutua, y solo lo hacían con sus seguidores. Esos tiempos se representaron a través de la música y el baile, ya que las canciones interpretadas por los goliardos y la simbología de la danza de la muerte, eran un recordatorio de lo fugaz que es la vida.
Arte de la Edad Moderna
El arte cristiano que se manifestó durante los tiempos de la Edad Moderna, puede ser considerado como el gran auge de este arte, puesto que fue la época de construcción de grandes obras emblemáticas basadas en la religión del cristianismo.
En los años 1656-1667, un reconocido artista llamado Bernini, construyó una columnata muy alegórica considerada como el acceso al centro de la cristiandad católica. Este mismo artista fue quien diseñó la plaza y el interior del baldaquino, empleando sólo elementos barrocos.
En 1626, fue alterada la planta centralizada que en un principio fue concebida para ubicar allí la Basílica de San Pedro en 1506, y que cuya ubicación de la cúpula, fija el perfil del horizonte de Roma hasta en la actualidad.
El Renacimiento y arte renacentista
El Renacimiento, se trata de un gran movimiento artístico con base filosófica. Este movimiento que hace parte del arte cristiano, nació a finales del siglo XV en Europa, específicamente en Italia. Su característica principal se manifiesta a través de las artes, dejando en claro su gran admiración por la antigüedad clásica, un elemento que además de tomar como modelo, reproduce en todas sus obras.
Cabe destacar, que el nombre de Renacimiento, le fue puesto ya que el propósito de ser de este movimiento, sugiere un renacer, o la acción de un nuevo nacimiento de la cultura grecolatina.
Entre los siglos XV y XVI, y en las ciudades de Florencia, Roma y Venecia, este estilo de arte consiguió tal grandiosidad, como pocas veces se había visto a lo largo de la historia. De igual manera, contó con una gran concentración de artistas, originando en esos tiempos cambios notables y significativos dentro de las artes, especialmente en el renacimiento italiano.
El Renacimiento en Italia
En Italia, siempre ha tenido un lugar privilegiado las expresiones y manifestaciones culturales que evocan el mundo antiguo. Una muestra de ello, es la presencia de gran cantidad de ruinas que se han conservado hasta la actualidad.
En los tiempos antiguos, las ciudades y los estados italianos, eran muy ricos, por lo que, con el paso de los años, su tutela se ha convertido en una especie de competencia contra grandes poderosos, que aportaban grandes fortunas, con el objetivo de financiar la cultura.
En esa región destaca un grupo que se distinguen como protectores sin igual del arte, los Médici, al igual que los Florentinos, en el caso de la arquitectura. Varios artistas que iniciaron a ser famosos, sustituyeron a los artesanos medievales, quienes realizaban sus obras con el objetivo de glorificar a Dios, pero cuyo gremio, ya estaba bastante debilitado.
La gloria, pasó a ser compartida por los autores de las obras, quienes disfrutaban de sus triunfos y prestigio, más allá de las fronteras. El poder obtener nuevos conocimientos, era también algo importante, emergiendo dentro de este grupo de artistas el deseo de explorar el mundo por medio de procesos científicos, que sirven para renovar las formas y los tipos de arte.
Causas del Renacimiento
En el arte cristiano surgieron elementos que dieron origen a que se abriera un espacio al surgimiento del movimiento renacentista. Algunas de las causas que dieron paso al renacimiento son:
- La existencia de manuscritos muy valiosos escritos por romanos y griegos, que eran conservados en perfectas condiciones por parte de conventos medievales y universidades.
- Las lecturas de las obras clásicas eran posibles gracias al uso del idioma latín, el cual era considerado como una lengua muy prestigiosa.
- La motivación derivada de la curiosidad de algunos por conocer sobre las civilizaciones que existieron en el pasado y que fueron capaces de construir estructuras de ruinas romanas que aparecieron en la región italiana.
- La creación de la imprenta, fue de gran ayuda para que se dieran a conocer los textos de sabios, filósofos y poetas, existentes tanto en la antigüedad y como en la actualidad.
Etapas y características del Renacimiento
En torno a las etapas del renacimiento, podemos decir que son tres: El Prerrenacimiento o también denominado como trecento, comprendido por los siglos XIII y XIV; el Quatrocento que se dio hasta finales del siglo XV; y el Cinquecento.
Entre los aspectos más destacados de sus características tenemos la reproducción del modelo de escultura y arquitectura que se exhibían en Roma y Grecia. La contemplación de un ideal de belleza, de acuerdo a lo establecido por los parámetros de la razón.
En este movimiento del arte cristiano, se buscaba el equilibrio y la serenidad que mantenía todo en armonía. Las obras creadas respondían a estatutos de perfección y claridad, atributos que correspondían con normas universales de permanencia vigente.
Los sistemas de construcción conocidos: columna y arquitrabe, y el de arco y bóveda, se combinan con elementos de construcción de tipo grecorromano, rasgos que caracterizaron durante la era del Renacimiento a la arquitectura.
La cúpula semiesférica, la bóveda y el arco de medio punto, son los tres órdenes clásicos admisibles a la manera romana. El modelo de iglesia renacentista, cuenta en su cúpula con varios elementos distintivos e imprescindibles: está construida con material de ladrillos y con forma arqueada; se hace doble, una dentro de otra.
Dentro de las construcciones en cuanto a arquitectura renacentista se refiere catalogadas como las más importantes se encuentran las Iglesias y los palacios. Las iglesias, son inspiradas en la misma estructura que presenta la basílica romana, siguiendo como patrón de construcción la edificación de una planta en forma de cruz latina, las galeras alargadas y otras separadas por columnas y arcos, con techos planos y en relieve.
Arte Barroco
Este arte se inicia en el 1600 presentándose como un movimiento de resistencia, que buscaba perfilar el arte propagandístico, haciendo de las actividades cotidianas, un tema para representar por medio de las artes, de manera sencilla pero bastante expresiva. Incluso, tomaba en cuenta algunos detalles que, aunque brusco y morbosos, formaban parte de la vida.
Pero, esto solo era parte de su contenido inicial, ya que con el paso del tiempo, sus propósitos fueron cambiando, teniendo ahora la idea de demostrar la superioridad que ejercía en aquellos años la Iglesia romana. Pasó también por una fase de uso excesivo en las decoraciones que fue llamado como “barroco decorativo”, cuyo ciclo finalizó en el siglo XVIII.
El arte religioso recibió un fuerte impulso por parte de la Monarquía y otros importantes representantes de la sociedad con mucho poder, lo que hizo que el arte barroco sirviera para fijar una simbología que expresaban dogmas y estilos.
A partir del siglo XVII, todas las producciones artísticas en Europa, pasaron a ser catalogadas como arte barroco, incluyendo la pintura holandesa y la arquitectura inglesa, aunque también en la arquitectura holandesa se pueden ver rasgos de edificios religiosos, que presentan características del arte cristiano, específicamente del barroco protestante.
En cuanto al barroco colonial, marcó una nueva tendencia, reproduciendo un nuevo tipo de armonía y sincretismo, más allá de las formas europeas, destacando aspectos propios de la religiosidad popular que estaba naciendo para aquellas fechas.
También surgió un arte barroco musical religioso, que se hizo rápidamente popular no solo por sus exponentes entre los cuales se encontraba Bach y Vivaldi, sino por las tradiciones religiosas de católicos y protestantes con las que se identificaba.
Arte de la Edad Contemporánea
En la Europa Occidental, el arte cristiano antiguo y medieval, comenzó a ser recopilado en el siglo XIX, con la incorporación de un nuevo conocimiento profano, no sectario y universal del arte, el cual consistía en darle una valoración artística a las obras, más que una adoración religiosa.
Por su parte, el naciente arte cristiano contemporáneo, estaba siendo considerado como marginal, y los artistas laicos y profanos, comenzaron a reproducir temas cristianos de manera ocasional, aunque eran pocas las veces que se incluía a un artista cristiano, en el canon histórico. Sin embargo, muchos artistas modernos, han creado piezas de arte para las iglesias, que han sido mundialmente reconocidas.
Neoclasicismo e historicismos
Durante el desarrollo de la segunda mitad del siglo XVIII, surge de manera triunfante un nuevo estilo artístico convencional, el neoclasicismo, movimiento que se mantuvo durante la etapa del arte de la Edad Contemporánea, gracias a su preferencia por la academia.
Las creaciones del arte cristiano cumplían con el propósito de conservar a sus seguidores, y se fueron adecuando asiduamente a este nuevo estilo, sin necesidad de ceder ante los cambios artísticos, productos de las revoluciones, que planteaban algunos retos estéticos.
A través de este estilo, se planteaba como alternativa, fusionar algunos elementos del pasado y que fueron de gran éxito en su tiempo, muestra que se evidenciaba en el arte de la arquitectura con una marcada tendencia en las técnicas del neobizantino, neorrománico, neogótico, y hasta en el eclecticismo, que consiste en la combinación de elementos cuyo origen es diferente.
La creación de dichas obras se extendió hasta el siglo XX de una manera cronológica. Tanto en la escultura como en la pintura, se puede evidenciar la gran influencia artística que dejó este movimiento, inclusive dentro de países alejados de donde se originó el neoclasicismo. Esto ha producido que se vea una mezcla de expresiones artísticas no solo europeas, sino también hispanas y mestizas.
Prerromanticismo y romanticismo
Como un movimiento artístico revolucionario y estético, pero igualmente, político, fue definido el realismo francés, situación que lo colocaba en contra de los sentimientos y deseos que manifestaban los seguidores de las artes tradicionales y de tendencia católica. Sin embargo, esto no impidió que artistas se expresaran de manera individual y crearán muestras auténticas de arte cristiano.
De igual manera, a mediados del siglo XIX, las estimulaciones cristianas de representaciones con contenido de temas religiosos tradicionales, no se hacía tan evidente, llegando incluso a tener otras motivaciones distintas a las que la obra dejaba ver. Algunos pintores plasmaban temas religiosos en sus obras, con una intención que se hacía evidente, para causar provocación e incluso, mostrar su irreverencia.
Los movimientos artísticos que surgieron en Inglaterra y Alemania, y que fueron llamados como pre-rafaelitas y nazarenos, buscaba el elemento de la pureza dentro de la historia del arte, tanto en la parte artística como en la religiosa, que estuviera desligado de las técnicas academicistas y barrocas.
Impresionismo, postimpresionismo y modernismo
A finales del siglo XIX, se comenzaron a desarrollar varios movimientos estéticos de carácter innovador, que tuvieron su origen dentro de un contexto artístico popular, pero que mostraba indiferencia por el aspecto religioso y por el clericalismo.
A pesar de esto, el espíritu de la tendencia cristiana se mantuvo presente dentro de las creaciones artísticas de forma disidente. Las estructuras eclesiásticas, eran un claro ejemplo de esta premisa, donde el tema de la religiosidad se manifestaba de forma profunda e integrada.
Vanguardias artísticas
A través de las obras religiosas, se caracterizaba parte de la trayectoria de algunos pintores relacionados con los más importantes estilos. Fue gracias al gran detalle que produjo el estilo de la arquitectura diseñada por ellos durante el siglo pasado, que se renovó el arte cristiano. Muestra de ello, eran los edificios religiosos de la época.
En el año 1922, se comenzaron a construir varias iglesias “cristocéntricas”, obras estas que fueron dirigidas por un movimiento litúrgico, que fue de gran influencia para que se produjera un cambio en la comprensión del cristianismo, enmarcada en la estructura de sus espacios para la celebración de sus cultos.
Este paso se fue concretando, evidenciando en varias muestras arquitectónicas que hacen parte de los edificios católicos y también la de los protestantes. La renovación profunda del catolicismo que conjeturó el Concilio Vaticano II, se puso de manifiesto en todas las muestras de arte, en la segunda mitad del siglo XX.
Características de la arquitectura moderna
El tipo de arquitectura que se construyó finalizando en siglo XIX, no tenía un carácter rígido, es decir, no se dejaba llevar por un estilo determinado. La idea principal, era basada en la utilidad del inmueble y la función a desempeñar en beneficio del colectivo.
A raíz de esto, se crea un nuevo concepto de un tipo de arquitectura funcionalista, que fusiona a la academia con los criterios de las tendencias, dejando de lado sus diferencias. A la construcción se le añaden nuevos materiales entre los que se encuentran: piedras artificiales, formica, aluminio, acero, hierro fundido, fibra de vidrio, concreto, entre otros.
Pero, entre todos estos implementos, dentro de la arquitectura moderna, se destacan el uso del acero y del hierro como importantes herramientas en este proceso. Su principal uso, es dentro de la construcción de la estructura de los edificios, que básicamente hace referencia a un esqueleto formado por la colocación de unas vigas en formas horizontales y verticales, y que se fijan de manera sólida.
Esta base es la que contiene la resistencia necesaria, que va a permitir la construcción de muros con materiales livianos, colocándoles ventanales de vidrio amplios, que le brindan una excelente iluminación a los espacios interiores de la obra.
Además, la estructura de metal, posee gran resistencia a rupturas y deformaciones, contando a su vez con atributos que le permiten tomar cualquier forma que se le quiera dar, de acuerdo al diseño escogido. Este esqueleto consta de varios elementos como una armadura de hierro, cemento, cabillas, etc.
Estos materiales de obra, están constantemente sometidos a una flexión y compresión, a los que el hormigón resiste con éxito. Una de las características de la arquitectura actual que destaca es, que sus elementos funcionales, están a la vista, teniendo varios elementos que la distinguen como: textura, color, forma, modelo, etc, adaptados al efecto artístico deseado.
El modernismo del arte cristiano, se diferenció de otras tendencias, dado a su carácter funcionalista, las cuales eran distintas en cada uno de los países en que se desarrolló. Sin embargo, tenía varios puntos que eran comunes y generales como la mezcla de ciertos materiales como los ladrillos y las piedras.
Otras de sus características era el uso de las forma asimétricas y retorcidas; de líneas onduladas; densas decoraciones realizadas con la utilización de flores y otras plantas, entre otros; destacándose con gran creatividad en cuanto a los diseños de las ventanas y las puertas.
Arte cristiano contemporáneo
La indagación para dar a conocer la utilidad y demás usos de nuevos materiales en el campo de la construcción de edificios, fue uno de los aspectos que hizo destacar al arte cristiano contemporáneo. Los resultados de la investigación concluían que debían construirse edificaciones con un pequeño tamaño, para residencias, fábricas o locales, teniendo una distribución de sus espacios, más reducidas.
De igual manera, se destacaron el empleo para este tipo de trabajos, para el hormigón, materiales de hierro y aluminio, y en cuanto al resto de las superficies, cristales. Sus estructuras tomaban formas geométricas tipo cúbicas, cuya fuerza descansaba sobre unos ejes específicos. Fueron los alemanes quienes, en el año 1970, tomaron la batuta en lo que a trabajos con modelos de esta nueva arquitectura se refiere.
Artículos devocionales y arte popular
Un importante elemento que contribuyó con la difusión de la cultura cristiana popular, fue la venta y reproducción a gran escala de obras misericordiosas, lo que a su vez se hizo posible, con la utilización de la imprenta. Durante el siglo XIX, la actividad era realizada por artistas pintores de escena, y que eran especialista en dicho género literario.
A este gran avance, se le suma el incremento en la producción de estampitas contentivas de oraciones a los santos, que se hacían a color, utilizando para ello la invención de la litografía. Comenzaron a distribuirse como una forma a través de la cual poder recaudar fondos para el mantenimiento de los templos y otros santuarios religiosos.
Luego, dicha estrategia publicitaria, se transformó en un valioso recurso educativo, que fue aprovechado en la catequesis y demás escuelas dominicales. Paralelo a esto, los artistas que comenzaban a calificarse como cristianos, iban adquiriendo grandes éxitos comercialmente, siendo los más reconocidos en el área los estadounidenses y los españoles.
Temas iconográficos
Antes de la Edad Contemporánea, gran parte de los pobladores no sabían leer, por lo que, se les hacía difícil revisar los textos sagrados que estaban escritos en idioma latín. Es entonces como el arte cristiano, se presenta brindándoles una alternativa más accesible para que pudieran entender el significado de los mensajes cristianos.
La iglesia comenzó a usar el arte de manera copiosamente, como una estrategia en las enseñanzas de la catequesis. Fue tanto su aporte, que la escultura románica llegó a denominarse «evangelio de piedra». El arte cristiano se convirtió en una importante iconografía, que daba a conocer los elementos de cada personaje santo, teniendo que, con solo verlos, ya era identificable para los fieles devotos como, por ejemplo, las llaves de San Pedro o las flores de la Virgen María.
Dentro del arte cristiano, los temas iconográficos más populares son los que hacen referencia al ciclo de la vida de Jesús y de la Virgen María. También está la de la vida de los santos católicos y los mártires, especialmente de aquellos cuyas devociones se extienden alrededor del mundo.
Las representaciones más comunes de los santos pueden aparecer de manera individual o junto a varios, sin necesidad de que la representación de esa escena que fue plasmada artísticamente, haya sido real o no. Una de las más reproducidas, es la imagen donde se supone a todos juntos y reunidos en el reino de los cielos.
Ciclos del Antiguo Testamento
Varios temas de los cuales se hace referencia dentro del antiguo testamento, se ven representados frecuentemente en el arte cristiano, en especial, las escrituras del Éxodo y el Génesis como, por ejemplo, imágenes sobre el Paraíso y la creación del mundo; al igual que de los relatos de sabios y profetas respetados de la época.
Existieron temas específicos que resultaron de gran interés para ser reproducido por artistas plásticos y pintores, haciéndose estas obras de un gusto atractivo que se ganó compradores activos entre la población.
Esto produjo que se abriera un mercado comercial paralelo de los encargos que hacían solo las instituciones eclesiásticas, el cual sí permitía libertad en las obras, que ahora presentaban desnudos y escenas violentas, que fueron apareciendo de la mano con la época del Renacimiento.
Ángeles, personificaciones y colectivos
Otro de los temas que se hizo muy común en el arte cristiano, fue la representación de los ángeles y querubines, ya sean de manera individual o junto a otros coros angélicos. También, se realizaban obras donde se personificaba tanto el pecado como las virtudes, haciéndose estos temas muy frecuentes.
En torno a los colectivos, se representaban numéricamente convencionales como, por ejemplo, el caso de los 12 apóstoles, los 10 mandamientos, los 8 doctores de la iglesia, los 7 arcángeles, etc.
Ciclo de la vida de Cristo
La caracterización artística de la vida de Jesucristo, se inicia con la presentación de su genealogía, antes que, con su mismo nacimiento, teniendo como notables ejemplos pinturas que hacen alusión al anuncio del ángel espíritu sobre la milagrosa concepción, y otras escenas donde se puede ver a la Virgen María embarazada.
También destacan dentro de estos ciclos, el referido a la Natividad, donde se incluyen escenas con mensajes que denotan una profunda veneración. Se tiene así entonces, la adoración de los pastores al niño Jesús y la sagrada familia; la adoración a los Reyes Magos; la representación de la matanza a los santos inocentes; la huida y el descanso de Egipto.
El arte cristiano se especializó en las representaciones especiales de varios pasajes en la vida de Jesús desde su infancia hasta su vida de adulto, hasta sus 33 años. De su niñez se le puede ver en pinturas y esculturas, siempre acompañado por sus padres, al igual que el pasaje bíblico de su visita al templo, tanto cuando se hizo su presentación cuando se perdió y se reunió con los grandes maestros religiosos de aquellos tiempos.
De adulto, se destaca sus actuaciones a partir del encuentro con su primo Juan el Bautista y su bautismo, al igual que la era de sus milagros y predicaciones, cuando se reúne con sus fieles seguidores, los apóstoles. También son representadas en el arte cristiano, sus parábolas más famosas.
Entre sus milagros destacan el momento en que cura al leproso, al ciego y al paralítico. También las emblemáticas bodas de Caná y la multiplicación de peces y panes. La imagen del Jesús caminando sobre las aguas y el momento cuando calma a la fuerte tormenta del mar, son de los episodios más reproducidos.
De igual manera, dentro del ciclo de vida de Cristo, se destacan en el arte la resurrección de Lázaro, la igual que la imagen de su túnica de Resurrección dentro de la cripta donde se encontraba, lo que se convirtió en un símbolo de su pasión y muerte.
Transfiguración de Cristo
Sin duda alguna que los temas más reproducidos en el arte cristiano, han sido los últimos días en la tierra de Jesucristo, tal como la Expulsión de los mercaderes del Templo, con la cual, además de representar ese importante evento de la historia religiosa, se mostraba a un personaje divino con sentimientos de cualquier otros humano.
El lavatorio de sus pies, junto a la última cena, forman parte de obras clásicas que comprenden el ciclo de la Pasión de Cristo, donde también está su angustia en el huerto, el beso en la mejilla que le dio Judas, y varios escenarios de su Juicio.
La secuencia de las trece estaciones a través de las cuales se representó artísticamente su viacrucis, quedó plasmada de diferentes maneras, ya que en algunas ocasiones, es presentada con numeración y en otras veces por cruces.
Dicha secuencia, describe a través de las imágenes que van desde su condena, pasando por su encuentro con su Madre y cuando recibe la ayuda de Cirineo, hasta que se encuentra tendido en la Cruz junto los dos ladrones.
Es precisamente, la parte de la pasión y muerte que forman el ciclo de vida de Jesús, donde el arte cristiano más representaciones creó, tomando cada uno de los acontecimientos vividos en sus últimos días, y llevándolo al lienzo para inmortalizarlos.
Las escenas de Cristo en el Calvario, cuando pronunció las famosas siete palabras que se transformaron en oración, se ha resaltado en todos los tipos de artes: arquitectura, pintura, literario, entre otros. La presentación mutua que hace Jesús de Juan a la Virgen María como madre e hijo, es de las representaciones con mayor frecuencia.
Existen algunas que no cuentan con muchas representaciones que, sin embargo, llamaron la atención de varios artistas cristianos fueron, los días que permaneció muerto Jesucristo, al igual que la escena de la Piedad, que luego fue tildada de “patética” por expertos en el arte.
Los diversos temas derivados del entierro santo, también fueron del interés de los artistas que se dedicaron a trabajar el arte cristiano, resultando ser tipologías de carácter complejas como la imagen de Cristo cuando estaba siendo sostenido por querubines en el cielo, un Jesús pensativo, o las emblemáticas cinco llagas.
Siguiendo con el ciclo de vida de Cristo, tenemos una parte muy representativa, que además de ser de las preferidas por el público cristiano y también de los no creyentes, sirvió como un mensaje esperanzador. Se trata de la Resurrección de Jesús y sus milagrosas apariciones en público, luego de haber resucitado.
Allí se pueden incluir las imágenes que denotan la famosa incredulidad de santo Tomás, o la Ascensión de Jesús a los cielos, donde muchas veces lo colocan rodeado de sus discípulos, como una corte de despedida dejando la promesa de un nuevo encuentro en el reino de los cielos.
También está la caída de Jesús a los infiernos y su recibimiento en el cielo, lo que pasaron a formar parte del simbolismo con el que se identifica a la Santísima Trinidad. Existen representaciones artísticas de la vida de Cristo que no son del todo realizadas bajo la mirada del evangelio, entre las cuales sobresalen la conversación de san Pablo o el martirio padecido por san Esteban, que son descritos y tomados del libro de los Hechos de los Apóstoles.
La representación de las numerosas visiones referentes al Apocalipsis y la perspectiva de un concepto asignado a lo que fue el Juicio Final, se suman a este tipo de obras, pero que no están registradas formalmente en ningún texto bíblico.
Ciclo mariano
Por ser Jesucristo y la Virgen María, los personajes divinos con mayor preferencia entre los fieles devotos, al igual que se dio un ciclo de la vida de Cristo en el mundo de las artes, de igual manera se contempló un ciclo mariano.
El mismo dio paso al surgimiento del concepto “Arte mariano”, que se convirtió en una vertiente del arte cristiano, cuyo tema artístico principal giraba en torno a la Virgen María. Este ciclo comprende la representación de la Virgen María, mostrando su imagen a través de la pintura y la escultura, que conformaron parte de la iconografía mariana conocida en la actualidad.
En la parte de la arquitectura, el arte mariano se vio reflejado en la estructura adoptada por las iglesias marianas y otras infraestructuras tal que, conventos, templos, monasterios y otras de corte religiosos, que fueron construidos para la veneración de las diferentes advocaciones de la Virgen.
Se destaca en este ciclo mariano las composiciones de tipo literario, caso específico de la poesía religiosa o poesía mariana, además de piezas musicales, que le fueron dedicadas a la Virgen María para rendirle alabanzas. El tema mariano llegó incluso a explotarse dentro de las carteleras cinematográficas y también en la televisión mundial.
Desde los primeros siglos, la Virgen María, bautizada como la Madre de Dios, fue venerada con gran devoción, la cual se fue incrementando a través de sus representaciones iconográficas que expandieron el concepto de Madre universal. Esta difusión de su imagen contribuyó notablemente con la promoción de la doctrina del cristianismo, llevándolo a obtener un éxito popular.
Esta popularidad que data del siglo XII, se dio desde Oriente a través del arte bizantino, hasta Occidente, luego de la Reforma protestante. Las premisas del catolicismo intensificaron la devoción mariana, haciendo que las representaciones artísticas de la Virgen, formarán parte de los cánones determinados por el Concilio de Trento.
Ciclos de vidas de santos
El ciclo de vidas de los santos fue denominado dentro del arte cristiano como “hagiografías”, término que etimológicamente significa santo y escritura, teniendo que entonces se conceptualiza como la composición biográfica de los santos. A las personas que crean estas biografías se les conoce como hagiógrafo, término que se le adjudica además a quienes redactaron la biblia y los demás libros de la Sagrados.
Las ediciones católicas de la Biblia, describe la vida de varios personajes divinos, considerados como santos católicos. Los santos que en vida padecieron de martirios, son también un tema de gran interés para los artistas cristianos, quienes los han representado a través de diversos tipos de iconográfica.
Los mismos aparecen registrados en un martirologio, llamado así a una especie de lista que tiene el nombre de cada uno de estos mártires y santos, pertenecientes a la Iglesia católica, acompañados de sus historias, destacando las fechas en que son conmemoradas sus fiestas.
El término tuvo su origen en el idioma griego, cuya raíz es “martyr” que significa “testigo”, y el prefijo “logos”, con lo que se hace referencia a “discurso”. Es considerado como el gran libro de santos y mártires contentivo de sus aniversarios, sumado a eventos y misterios que encierran sus historias, acreditadas por la Iglesia católica.
El orden en el que fueron establecidas las fechas de las listas, coinciden con las fechas de los calendarios, ya que en su mayoría, los martirios, fueron las persecuciones de las que eran víctimas los fieles creyentes del cristianismo, que dieron su vida por defender su religión.
Arquitectura cristiana
Dentro del arte cristiano, la arquitectura comenzó a ser un medio importante para su expresión, lo que se evidenciaba en las construcciones en las plantas de las iglesias católicas y otros templos religiosos, diseñados en base a criterios formales.
A pesar de que dichas formas fueron establecidas desde los tiempos de la Era de la Antigüedad Tardía y la Edad Media, pasando por todas las fases del Renacimiento, y con una marcada muestra del arte Barroco, todavía en la época contemporánea, se mantuvo en constante innovación.
Las preferencias se inclinaban hacia el diseño de la planta en forma de Cruz latina, que se iba imponiendo sobre los diseños donde aparecía con forma centralizada, dejándolas de lado, teniendo como razón que eran utilizadas para adorar a ídolos.
Entre otros diseños que se presentaron para época estaba el modelo de Planta basilical, cuya forma simula a las estructuras que tenían las basílicas romanas, con elementos que distinguían el arte Paleocristiano.
Las características que comprendían, era la posición de una galera central, que bien podía estar sola o con otras galeras ubicadas a los lados y alejadas de la central por la disposición de una arquería, con lo cual se hacía una forma circular con las columnas, y en otros casos, podía tener una forma poligonal creada a través de la ubicación de sus pilares.
En ese sitio era donde se ubicaba a los fieles, lo que creaba dentro de los espacios, la apariencia de que era la cabecera del templo o de la iglesia. También allí se ubicaba el altar mayor y el presbiterio. A los “pies” de la iglesia, se ubicaban las puertas de acceso, llamados técnicamente como atrio y pórtico.
La Planta centralizada, o central, era denominada como «en rotonda». Contenía varios ejes de simetría, que eran muy característicos de este tipo de estructuras, basados en diseños que tomaban una forma circular o poligonal, cuya concentración de fieles estaba en la parte central de la edificación.
Durante los tiempos del Renacimiento, el modelo de planta centralizada se convierte en un medio para buscar optimizar la belleza de la arquitectura cristiana. Las plantas de los templos y monasterios eran una muestra de ello.
Sin embargo, los modelos eran muy diferentes en relación con las de Oriente y Occidente, teniendo en común la existencia de un claustro, pero con formas distintas. A través de los siglos, se fueron prolongando la construcción de los edificios religiosos, aunque la mayoría de ellos tienen distintos criterios de construcción en sus plantas.
Arquitectura islámica
Dentro de la arquitectura islámica destacaban en el arte cristiano las plantas de “las mezquitas”, que eran las iglesias donde se estudiaba la religión del Islam. Durante los siglos VII y VIII, el Islam contó con una gran expansión y con ello la construcción de las mezquitas.
La estructura de las mismas, correspondían a las necesidades de esta religión, por lo que, se adaptaban para cumplir con los requisitos religiosos básicos. Contaban con la caracterización contentivas en las tradiciones arquitectónicas locales, con una clara tendencia bizantina, persa, de hindúes, entre otras.
Arquitectura militar
La forma que se adaptaba en la parte de la arquitectura militar estaban las plantas con formas regulares, y cuyas bases eran cuadrangular. Las grandes edificaciones construidas mediante la época medieval, donde se destacan los castillos, se adecuaban a la topografía de donde eran construidos, obteniendo unas plantas irregulares.
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