Alimentación sostenible. ¿Qué tiene de bueno?

alimentación sostenible mejillones y frutas del huerto

¿Alguna vez has pensado en encontrar un plato a base de insectos en el menú de tu restaurante favorito? ¿O te has parado a pensar en hacer tu snack post-entrenamiento con un snack de harina de hormiga? No, no hablamos de recetas exóticas, sino de alimentación sostenible.

Hasta hace poco, una dieta que incluyera insectos se veía como una posibilidad que vendría en el futuro. Recientemente, sin embargo, la Unión Europea aprobó el uso de harina de insectos en los alimentos: a partir del 24 de enero de 2023, la harina de grillo se puede usaren el mercado europeo en productos como pan, galletas saladas, sopas y sustitutos de la carne.

Sin embargo, cuando hablamos de sostenibilidad en el sector alimentario, no nos referimos únicamente a los alimentos a base de insectos. El concepto es mucho más amplio y se refiere a la salud de las personas por un lado y a la salud del mundo en el que vivimos por el otro.

¿Qué se entiende por alimentación sostenible?

El término dieta sostenible se refiere a una dieta de bajo impacto ambiental que favorece una mayor seguridad alimentaria en términos de cantidad y calidad. El objetivo es garantizar una vida saludable para las generaciones presentes y futuras.

El término «sostenibilidad» indica la capacidad de preservar el equilibrio de un ecosistema a lo largo del tiempo. Hablar de alimentación y sostenibilidad, por tanto, exige responsabilidad con el medio ambiente y respeto por nosotros mismos y por las nuevas generaciones.

La alimentación sostenible se traduce en atención a los hábitos de consumo. Esta tendencia pasa por la elección de alimentos frescos tanto porque son más saludables como porque no requieren procesamientos con un impacto negativo en el medio ambiente.

En concreto, en los últimos años se ha extendido entre los Millennials y la Generación Z el flexitarianismo, es decir, la reducción del consumo de carne en favor de verduras, cereales y legumbres.

Las dietas sostenibles contribuyen a la protección y respeto de la biodiversidad y los ecosistemas. Son culturalmente aceptables, son económicamente equitativos y accesibles, son nutricionalmente adecuados, sanos y salvos. Al mismo tiempo optimizan los recursos naturales y humanos.

Pero, ¿cómo reconocer los productos sostenibles? ¿Cuáles son específicamente los beneficios para la salud y el medio ambiente? En otras palabras: ¿cómo comer de forma sostenible?.

alimentos sostenibles

¿Qué son los productos sostenibles?

“Comer bien comienza en casa”, dice Patrick Holde, director gerente de la organización benéfica Sustainable Food Trust. Es él mismo, como impulsor de una dieta verde y sostenible, quien elabora una lista de productos con las características idóneas para una alimentación sana y respetuosa con el planeta.

Cómo comer de forma sostenible: alimentos recomendados

  • Avena: su consumo es muy recomendable, especialmente cuando se cultiva sin el uso de fertilizantes artificiales. Además, al ser producido en Italia, puede ser un sustituto válido del maíz estadounidense importado.
  • Verduras de proximidad y de temporada: cuando se trata de agricultura hay que poner el acento en uno de sus componentes fundamentales: la horticultura. Se trata del cultivo de plantas según la temporada. Una dieta sostenible y ecológica se compone de productos frescos y de temporada. Están fácilmente disponibles en los mercados agrícolas locales. Es importante seguir la estacionalidad y variar el tipo de alimentos de origen vegetal para aprovechar al máximo todas las sustancias con acción antioxidante. Y recordemos: ¡las fresas cultivadas en túneles de plástico calentados en febrero no respetan la naturaleza!
  • Mejillones y almejas: además de ser densos en nutrientes, estos moluscos son muy buenos para retener el carbono y por lo tanto purificar el agua de mar. Son sostenibles porque evitan que los residuos agrícolas lleguen al mar transformándolos en nutrientes. Además, favorecen el mantenimiento de la biodiversidad, cuya progresiva desaparición es una de las consecuencias del cambio climático.
  • Legumbres: como sabemos, son ricas en nutrientes y en muchos casos también pueden sustituir las proteínas de la carne roja ( descubre por qué es mejor evitarlo ). También tienen la capacidad de autofertilizar el suelo de forma completamente biológica, sin causar los daños que generalmente provocan los fertilizantes químicos.
  • Algas: forman parte del grupo de los superalimentos tanto por sus potentes propiedades nutricionales como por su capacidad de absorción de dióxido de carbono. Las algas, de hecho, necesitan nitrógeno y fosfato para crecer, por lo que pueden transformar los desechos de la empresa en nutrientes. Por lo tanto, contribuyen a la reducción de la acidificación de los océanos y permiten que prosperen los microorganismos y la vida marina.
  • Insectos: ¿alimentos del futuro? El mundo occidental se ha visto afectado por esta revolución culinaria que llevará, en 2030, a la producción de unas 260.000 toneladas de productos a base de insectos. Tienen un porcentaje de proteína del 70% (2-3 veces superior a la carne roja) y su crianza ahorra agua y energía. Hasta la fecha, el 28% de los encuestados italianos se inclina por probarlos, el 44,5% quisiera probar las hormigas y el 22% está dispuesto a comerlos disfrazados de snacks, barritas o harina para hacer pasta.

alimentos de insectos

¿Cuáles son las reglas para seguir una dieta sostenible?

La dieta sostenible no tiene mandamientos a seguir. Más bien, se trata de aprender a tomar decisiones que protejan el medio ambiente. En este sentido, WWF ha elaborado una lista de consejos para poder dar los primeros pasos en esta dirección:

  • Prefiere los productos locales. Como se ha dicho, elegir productos de 0 km permite reducir costes y el impacto ambiental derivado de los pasos entre productores y consumidores. Además, los productos locales son productos de temporada que garantizan la conservación del ecosistema.
  • Reducir el consumo de carne: ¿sabías que la mayoría de las granjas intensivas emiten altas cantidades de dióxido de carbono? Mejor preferir las proteínas vegetales o las derivadas del pescado.
  • Presta atención al tipo de pescado que compras: tras la explotación de los océanos, la cantidad de pescado disponible también ha disminuido ante el constante crecimiento de la población mundial, especialmente en el mar Mediterráneo.
  • Reducir el desperdicio de alimentos: se estima que cada día se desperdician 8.100 millones de euros debido a los alimentos desechados, lo que equivale a unos 6.000 millones de toneladas de alimentos. Mejor aprender a congelar las sobras y no caer en las trampas de los supermercados, que muchas veces empujan a los consumidores a comprar más de lo necesario.
  • No compre productos con embalajes excesivos: el plástico constituye el 40% de los residuos. Por la misma razón, por tanto, es preferible beber agua del grifo reduciendo la compra de botellas de plástico.
  • Contener el desperdicio de energía en la cocina. Si utilizas el horno, por ejemplo, es recomendable optimizar la cocción cocinando varios alimentos a la vez y finalizándolo con el horno apagado. Si por el contrario utilizas la estufa, es bueno recordar tapar las ollas y sartenes con tapas.

¿Cómo hacer una compra sostenible?

Le pedimos a nuestro colaborador Matteo Boschini, dietista y experto en educación alimentaria, consejos prácticos para reducir el desperdicio de alimentos y tener una dieta sostenible.

  • Lo primero que debes hacer es planificar tus compras: tener una lista de la compra te permitirá comprar solo lo estrictamente necesario, evitando que los alimentos de más se echen a perder. Un favor para el medio ambiente y para tus finanzas.
  • Almacena los alimentos correctamente. En particular, es importante distinguir la fecha de caducidad del plazo mínimo de conservación. Los alimentos frescos o los alimentos que contienen ingredientes crudos tienen la frase » mejor antes de » seguida de una fecha cercana en el tiempo. Esta es la fecha más allá de la cual el producto no debe consumirse por razones de salud e higiene. Si el envase lleva las palabras » consumir antes de » seguidas de una fecha posterior, se trata de un alimento de larga duración. En este caso la fecha indica el momento en que el producto puede haber cambiado alguna de sus características organolépticas, pero puede ser consumido sin riesgos para la salud.
  • Sigue la regla del primero en entrar, primero en salir: los productos que entran primero en la nevera o en la casa también deben ser los primeros en consumirse. Este pequeño truco te ayudará a consumir cada producto evitando cualquier tipo de sobras.

ecosostenible

¿Cuáles son los beneficios de la alimentación sostenible?

La alimentación sostenible es el modelo de alimentación saludable por excelencia. Tanto la dieta mediterránea (reconocida en 2010 por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad) como la flexitariana pueden entrar en esta categoría. De hecho, se trata de dietas que aportan beneficios en términos de salud, previenen patologías crónicas y determinan efectos positivos en el ámbito sociocultural, económico y ambiental.

Entonces, ¿cuáles son los 4 beneficios que la alimentación sostenible aporta al hombre y al medio ambiente?

  1. Salud Mejorada: Una alimentación saludable disminuye el riesgo de enfermedades del corazón y otras condiciones mórbidas. Además, diversos estudios han puesto de manifiesto una reducción de algunos tumores y algunas enfermedades crónico-degenerativas (como la obesidad).
  2. Respeto por el medio ambiente: una dieta sostenible tiene un 60% menos de impacto ambiental que una dieta basada en carnes y grasas animales. Esto porque:
  • la producción de cereales, frutas, hortalizas y legumbres requiere un uso menos intensivo de la tierra y el agua y de emisiones de gases de efecto invernadero frente a un modelo alimentario basado mayoritariamente en el consumo de alimentos de origen animal;
  • el respeto por la estacionalidad se traduce en una reducción de los cultivos de invernadero;
  • la biodiversidad se mantiene mediante el uso de diferentes siembras en cada área y la rotación de cultivos.
  1. Fortalecimiento de los lazos entre las personas y con el territorio: gracias a un ritual cotidiano que se manifiesta a través de la preparación de la mesa o de los platos favoritos, se adquiere una mayor conciencia alimentaria. Las elecciones de 0 km ayudan a favorecer los alimentos presentes en el propio territorio, potenciándolo.
  2. Economía: adoptar un modelo de alimentación saludable y sostenible conduce a la obtención de:
  • una reducción del gasto sanitario por los beneficios para la salud que supone este modelo alimentario;
  • una reducción del gasto de los hogares a través del consumo predominante de alimentos vegetales y de temporada, más económicos que los alimentos de fuera de temporada y los alimentos de origen animal;
  • la puesta en valor de las empresas gracias a la difusión del consumo de alimentos típicamente mediterráneos (aceite, vino, pasta, pan), generando ingresos y empleo para empresas y pequeños productores locales;
  • la puesta en valor del territorio debido a la gran oferta agro-eno-gastronómica.

Conclusiones

Cómo se producen los alimentos, qué se consume y cuánto se pierde afectan fuertemente la salud de las personas y del planeta. Se estima (y se espera) que para 2050, 10 mil millones de personas habrán comenzado a seguir una dieta saludable y sostenible. Esto permitiría evitar la degradación ambiental (ya en curso y fuera de control) y ayudaría a salvar la vida de unos 11 millones de personas al año.

Por lo tanto, se necesita una acción urgente para garantizar que las generaciones futuras no hereden un planeta severamente degradado y sufran desnutrición o enfermedades prevenibles. Corregir los malos hábitos es, por tanto, el primer paso para construir un mundo mejor.


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