Se trata de un sistema alfabético naciente en el siglo III a.C con un estilo propio, de poca modificación hasta fechas actuales. Ahora mismo, es el abecedario apropiado para escribir en el idioma oficial de Israel. ¿Quiere conocer todos los detalles del Alfabeto hebreo? Sigue muy de cerca esta lectura.
Alfabeto hebreo
El alfabeto hebreo está conformado con 22 letras en su totalidad. Es considerado como uno de los más sencillos de utilizar en todo el Mediterráneo. Su historia es compartida junto al árabe o siriaco hasta en estilo propio de escribir, porque se hace de derecha a izquierda. Los Símbolos judíos también tienen una extraordinaria historia que no puede dejar de conocer.
Curiosamente no tiene vocales. Su utilización surge con la combinación de otras letras para formar los sonidos vocálicos. Para facilitar esta tarea, el sistema niqqud ayuda a determinar cuáles son las vocales que aparecerán a lo largo del enunciado gracias a su sonido.
Este fenómeno de ausencia en las vocales de manera explícita es denominado «abyad» como todos los sistemas de alfabetización que no acuden a estas letras primarias para escribir todos los enunciados posibles. Los acentos diacríticos es otro de los atractivos para reconocer con sencillez su aparición.
Historia
Hasta el siglo X a.C, el idioma hebreo estuvo constituido con el respaldo del alfabeto paleohebreo, una variable o sub-conjunto de letras provenientes del sistema fenicio. Posteriormente, aceptaron otras influencias para instaurar el alfabeto arameo, cuyas modificaciones dieron lugar al hebreo, finalmente. Toda la tipografía conocida en este contexto histórico es conocida como escritura cuadrada. Además, los Símbolos Mayas forman parte de la historia universal. ¿Desea conocerlos?
Por mucho tiempo, el alfabeto hebreo tuvo un uso muy riguroso, exclusivo para todos los eventos religiosos de la región israelita. Fue hasta el siglo XIX que los habitantes pretendieron recuperar su uso de lleno, no solo para debatir en la religión, sino establecer el quehacer diario.
Para los amantes de las estadísticas, de cada 9 millones de personas que refieren el alfabeto hebreo, son 5 millones los nacientes en Israel. Estos datos indican que el hebreo es bastante usado por las nuevas generaciones para conversaciones cotidianas, sin estar regidos a los temas religiosos.
Cuadrado y cursiva
Este sistema alfabético está conformado por dos sistemas muy específicos: cuadrado y cursiva. El primero es utilizado para escribir textos que posteriormente serán impresos. Sus letras tienen una forma un tanto rectangular, para llamar la armonía visual. El segundo está basado en la escritura de textos informales o anuncios para la comunidad como los letreros o carteles.
Son dos sistemas completamente independientes. ¿Qué quiere decir esto? Si la persona solo dedica su tiempo de estudiar las letras cuadradas, es imposible leer anuncios con las grafías en cursiva. Como explica el principio de este post, no hay vocales en él, sin embargo, el aleph (equivalente a la letra A) representa el resto de las vocales que pueden usarse en la lengua hebrea.
También existen dos semivocales, cuyo uso consiste en expresar frases vocálicas o con mayor énfasis en consonantes, como el caso de la letra «W», al representar la «U» y «O». Mientras tanto, la semivocal «Y» sirve para expresar la «I» o «E».
Hay cinco letras en el alfabeto hebreo que se escriben de dos modos, en medio de una palabra o al final de ella. Kaf, Men, Nun, Pen y Tsadi son las grafías que cambian su forma en el método cuadrado y cursiva. Sin duda, otra ventaja que hace interesante esta escritura.
Dagesh
Hace referencia a tres letras del alfabeto que cambia de forma con la colocación de un punto o prescinde de él. La técnica del dagesh consiste en ese punto central que añade un toque de fuerza a los fonemas. Cuando el punto no está colocado es otra variante con la cual un interlocutor da cierta delicadeza a la palabra. Puede significar una especie de «acentuación» en consonantes para recaer la fuerza en la letra que posee el punto.
Uno de los ejemplos que vale la pena mencionar es el de la letra Kaf. Su sonido con el punto central traduce a «K», siendo normalmente el sonido de la C o la propia K en la lengua española. Mientras tanto, sin el punto representa un sonido aspirado, propio de la «J» en el castellano, como decir «jamón», «jardín», entre otros. La letra Bet cumple la misma función, porque con punto central es «V» fricativa y sin él, «B» oclusiva.
La letra Sin es una clara excepción que el punto está situado en su centro, en su primera (a la derecha) o al final (a la izquierda). En el primer caso suele pronunciarse con un sonido similar a la letra «S» mientras el opuesto ejemplifica la articulación de la «CH» en español.
Entre otras particularidades, el dagesh no es obligatorio como las técnicas para escribir textos con alfabeto hebreo. No obstante, si es preciso respetar la colocación del punto en la letra Waw, por ejemplo, porque dependiendo de su ubicación se pronuncia «O» o en la fórmula «U» dentro de las vocales.
Niquid
Hablar del sistema niquid remite inmediatamente a las técnicas árabes denominadas «Tashkil» porque el tratamiento de sus vocales está basado en la mezcla de puntos y tracitos, pero con un grado de complejidad superior. Es una operación difícil, porque existe más de una docena de conjugaciones entre puntos y trazos para escribir vocales. Para ser precisos, son 11 de los más usados con las figuras abajo o encima de las letras.
Si, en el alfabeto hebreo están las vocales clásicas del español (a, e, i, o, u) junto a otra conocida como shwa, cuyo sonido es tan breve que los investigadores del alfabeto han considerado eliminarla. Las letras Qamatz y Pataj no tienen diferencia alguna, porque ambas representan a la «A» sin ningún problema. Lo mismo ocurre con Segol y Tzere, porque forman la letra «E» en todos los enunciados en que aparezcan. Las vocales largas o cortas no necesitan de un tratamiento en particular.
En la actualidad, el niquid no tiene uso alguno en las conversaciones cotidianas por escrito. Resulta más viable encontrar su aparición para rescatar los textos antiguos que dan cuenta de la religión hebrea. Ahora bien, las escuelas si están capacitadas para impartir la enseñanza de esta técnica a los niños, porque forma parte de un alfabeto rico en utilizaciones que deben conocer.
Fonética
La pronunciación de esta escritura hebrea es similar al yídish, propio de la población de Aquenazí durante el siglo XX. Después del año 1900, el alfabeto hebreo sería utilizado para cualquier fin de comunicación, apartando las distancias con los ritos religioso. Para sus pobladores es fundamental enriquecer el acto comunicativo y qué mejor manera de hacer un uso razonable de estas letras con características peculiares.
Difusión
Hace dos milenios, la población de Israel comenzó la difusión de este sistema al resto de sus comunidades cercanas. Las comunidades judías valoraron en gran forma la aparición de estas letras hasta propagarse con rapidez por todo el Mediterráneo.
En los Textos Sagrados se encuentran algunos vestigios para traducir el contenido del mismo. De igual modo, la palabra de Dios fue transmitida en arameo hasta llegar a su variante en hebreo. Hasta los momentos, todos los comentarios que están resguardados en el Talmud siguen intactos, sin ningún tipo de traducción. Algo muy cierto es que los religiosos debían aprender el hebreo para ser aceptados en su comunidad.